Crece la demanda por servicios de ciberseguridad
Pablo Josué Martínez
Public Relations SpecialistLa falta de plataformas de alto desempeño y la baja inversión en ciberseguridad podrían traer efectos devastadores para la economía de la región. Según estudios del sector, los daños asociados a delitos cibernéticos en 2021 podrían superar los US$6 billones, el equivalente al PIB de la tercera economía más grande del mundo.
Lo anterior toma mayor sentido en un contexto en el que la digitalización de nuestros hábitos se solidifica cada día. El aumento del teletrabajo y el comercio electrónico, así como la amplia oferta de entretenimiento digital, abrieron la puerta para ser más fácilmente víctimas de un ciberataque. O, al menos así, lo ha detectado el FBI, institución que reportó un crecimiento del 400% en el número de denuncias por ataques cibernéticos.
Impacto del cibercrimen en América Latina
Durante el último año, creció en América Latina en 139% el número de transacciones inusuales, o también llamados intentos de fraude electrónico. De forma paralela, solo en Colombia, el delito digital que mayores denuncias recibió fue la suplantación de sitios web para capturar datos personales. Tuvo un aumento del 372% en relación a 2019.
Este tipo de vulneración presenta una relación directa con modalidades conocidas de Phishing, Spoofing y Pharming. Lo cual, en la mayoría de los casos, lo utilizan los cibercriminales para capturar datos personales y dispersar malware en redes corporativas.
La vulneración a las transacciones electrónicas, sin embargo, no solo han aumentado los fraudes por este canal. La confianza de los clientes también se ve comprometida. De acuerdo a ESET, el 56% de los usuarios no cree que su información personal está realmente protegida cuando interactúa con alguna plataforma digital.
Aunque este tipo de ataques en la mayoría de los casos persiguen el secuestro de información para reclamar rescates económicos, el impacto en las empresas se refleja, además, en sus áreas operativas y legales.
De hecho, pese a que el 40% de las organizaciones que sufren esta vulneración pagan por restablecer la información, aproximadamente el 15% nunca la recupera en su totalidad. Mucho menos, el costo asociado que generó la vulneración de sus sistemas.
Cómo proteger mi empresa de ciberataques
El 2020 representó un cambio sin precedentes en términos sociales, económicos y de salud en todo el mundo. La pandemia llevó a la mayoría de las organizaciones a replantear sus unidades de negocio y metodologías de trabajo. Tanto, que dotó de un rol preponderante a la tecnología y aceleró cambios que antes se estimaban llegarían en años.
Mientras todo esto pasaba, el crecimiento del comercio electrónico y consumo digital, desafortunadamente, también disparó los ataques de los ciberdelincuentes. Estos atacantes sofisticaron cada vez más sus técnicas y aumentaron sus redes criminales a tal punto que, incluso, los más expertos también fueron víctimas.
Entretanto, analizar constantemente las amenazas tecnológicas, incluir planes de inteligencia de negocio y contar con la capacidad de un talentoso recurso humano permitirán blindar a las empresas de cualquier tipo de cibercrimen.
Ante un panorama de crecimiento de comercio electrónico y empresas que perciben los atributos de optimizar sus procesos internos utilizando la tecnología, es urgente incluir la ciberseguridad como uno de los pilares estratégicos para ser sostenibles en el largo plazo.
De acuerdo al informe de mercado de Seguridad para América Latina de la firma Frost and Sullivan, habrá un incremento en la demanda de servicios relacionados a ciberseguridad con un valor que sobrepasa los 455 millones de dólares. Esto representa un aumento del 15% a comparación del año inmediatamente anterior.
En resumen
Todo riesgo es prevenible, y esto no es ajeno cuando hablamos de ciberseguridad. Las empresas deben ser conscientes que, tan prioritario como asegurar la sostenibilidad mediante sus ventas e ingresos, prevenir y anticiparse a cualquier tipo de vulnerabilidad también lo es.
Este tipo de crimen no solo afecta la economía de las organizaciones. También perturba la reputación de las empresas, pues coloca en entredicho su capacidad operativa para proteger a los usuarios que confiaron alguna vez en sus servicios.
Estamos en un panorama donde invertir en estrategias de protección de datos e información, pasa para los diferentes sectores productivos de ser una opción a un recurso de primera necesidad.
Written by Pablo Josué Martínez
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