La pandemia generada por el nuevo coronavirus disparó la demanda de ciertos insumos: respiradores, tapabocas y geles antibacteriales. La misma suerte fue para los profesionales sanitarios, a tal punto que la fuerza laboral retirada debió retomar sus labores. Aunque por estos días, ese no ha sido el único perfil solicitado. Para reactivar gran parte de la economía, empresarios y gobernadores depositaron su fe en un grupo de profesionales que permitieran acelerar la digitalización de las organizaciones: los programadores.

Basta con escuchar la alocución de Phil Morphy, gobernador de Nueva Jersey: “En nuestra lista de voluntarios, no solo necesitamos trabajadores de la salud, debemos agregar una página para las habilidades informáticas". Vale advertir que esta situación, aunque intensificada por la actual pandemia, no es propia del 2020. La globalización, el crecimiento de la población y los nuevos hábitos de consumo son otras de las razones por las que el SOS hacía este tipo de profesionales se lanza con mayor intensidad y apuro cada día.

La dependencia al código

La carencia de programadores viene de años atrás. Hace un par, según el informe de Barcelona Digital Talent, en Europa faltaban por cubrir 300.000 puestos que demandaban este perfil. Pero, como si fuera poco, según previsiones de la Unión Europea, la cifra aumentó este año a 900.000 vacantes.

Algo muy similar sucede en latinoamérica. Caso de ello es la iniciativa con la que el Gobierno colombiano busca disminuir el déficit de talento humano. Con Misión TIC 2022, el país busca formar a 100.000 personas en el uso de lenguajes de programación e Inteligencia Artificial.

La creciente demanda por este tipo de profesionales, también es el resultado de un mundo cada vez más dependiente de la tecnología. Revisemos nuestros actuales patrones de comportamiento. Nos movilizamos con aplicaciones como Uber, nuestro entretenimiento corre por cuenta de Netflix, organizamos nuestro trabajo con Trello y mantenemos comunicación diaria vía Skype.

Sin embargo, no solo las empresas como Facebook, Google o Amazon necesitan programadores. Nuestros nuevos hábitos de consumo, hicieron que todas las industrias percibieran la necesidad de implementar los códigos a su operación diaria para satisfacer sus públicos interesados.

Restaurantes hacer pedidos a domicilio, universidades crear bibliotecas digitales, bancos optimizar sus canales de atención, o medios de comunicación publicar contenido digital. Esta lista la precede un largo etcétera patrocinado por las miles de oportunidades que ofrece la tecnología a los diferentes sectores para renovarse en el mercado.

Un desafío superado por Axiacore

Nuestro propósito por construir tecnología confiable para dar forma a nuestro futuro incrementó la dificultad para encontrar los perfiles más capacitados. En estos 13 años, el esfuerzo por construir un equipo sólido y eficiente no ha sido una tarea fácil. A pesar de todo, el compromiso que tenemos con nuestros clientes nos ha motivado a adaptarnos rápidamente ante cualquier situación.

En un periodo de tiempo corto, pasamos a operar remotamente y sumar talento humano de distintas regiones. Todo esto, manteniendo el alto nivel de las plataformas digitales que creamos y asegurando su operatividad para millones de usuarios en todo el mundo. Aunque el conocimiento ha sido trascendental, la vocación y la pasión que identificamos en cada uno de nuestros asociados nos ha permitido construir un equipo que cuenta con los perfiles más calificados.

En resumen

Aunque la pandemia generada por el COVID-19 multiplicó la demanda de programadores, la tendencia se mantendrá debido a la creciente dependencia por la tecnología. Tanto las cifras como las iniciativas empresariales y gubernamentales dan cuenta del acelerado crecimiento de este sector.

Los distintos países cada vez más perciben la trascendencia de estos profesionales para su desarrollo y sostenibilidad económica. Tanto así que esta situación nos ha llevado a librar otra batalla, además de la sanitaria. El mundo clama por profesionales que impulsen su transformación digital de cara a los retos de años atrás, intensificados por una nueva normalidad.