Según un reciente estudio de Euromonitor, México y Brasil son los países más preparados en Sudamérica para afrontar el proceso de digitalización. Esto lo explica, en gran parte, el crecimiento exponencial que ha tenido el comercio electrónico y el aumento de los consumidores digitales. A nivel mundial, China, Estados Unidos y Japón son quienes lideran el ranking.

La experiencia en común de los países que han desarrollado este potencial, de acuerdo al informe, se encuentra en las mejorías de su índice de bancarización, el compromiso de crear verdaderos negocios digitales y la calidad de sus conexiones a internet.

En contraste, tenemos la realidad de países como Colombia, donde jornadas comerciales (día sin IVA o Blackfriday) dejan en entredicho la capacidad de las empresas de asegurarle a sus clientes una correcta experiencia de usuario o, por lo menos, un buen servicio. Consecuencia de ello, son los episodios tan sonados como el colapso de las filas virtuales, caídas de las plataformas, retrasos en los pedidos o inseguridad en los procesos de pago.

Oportunidades de las ventas digitales

Según cifras de Euromonitor, el mercado global alcanzará el próximo año US$77.700 millones en ventas provenientes de canales digitales. De manera similar, se espera un incremento de hasta 20% nuevos usuarios que compren desde las plataformas digitales.

Ante este panorama, resulta sustancial para las empresas crear negocios digitales y aprovechar el cambio en los patrones de comportamiento de los consumidores.

Pese a lo anterior, no es posible desconocer que en países como Colombia se complejiza un poco más el desarrollo e impulso del comercio digital. Desligando el aspecto tecnológico y cualquier otra limitante empresarial, encontramos en el factor cultural de los consumidores una de las grandes barreras. Entre ellas, la tradición de realizar compras presenciales y de tocar los productos antes de adquirirlos.

Aunque esta realidad es cierta, el impulso de algunos emprendedores y las virtudes de la digitalización han favorecido la aparición de mejores condiciones para comprar por internet.

De manera tal que la conquista de los consumidores tradicionales se ha iniciado demostrando las virtudes de adquirir productos o servicios de manera digital. Solo por mencionar algunas, la oportunidad de gozar de ofertas exclusivas, disponer de información detallada sobre los productos, tener la posibilidad de hacer comparaciones en vivo o disfrutar de una mayor oferta.

Comercio electrónico: la mejor manera de iniciar la reactivación

Las empresas centran su atención en la considerada reactivación, en un contexto de contracción económica y sectores productivos con operaciones frenadas durante meses. Para hacerlo efectivamente, sin embargo, los diferentes mercados deberían comenzar por ofertar sus productos al creciente número de consumidores digitales.

Lo que antes se vociferaba como el futuro del mercado, hoy es una realidad. Veamos el caso de México, país donde las ventas en línea han crecido 37% en lo corrido de 2020. Tanto así que, según la Asociación Mexicana de Venta Online, se espera que en 2021, el 34% de las ventas totales de los comercios provengan de compras digitales.

En cuanto a Colombia es notoria la transformación digital de sus ciudadanos a la hora de consumir. Según Forbes, las ventas desde plataformas de comercio online han crecido en promedio un 300%. Como si la cifra no fuera impactante por sí sola, de acuerdo a La República, se redujo el tiempo que posiblemente tardarían en utilizar aplicaciones a domicilio al menos el 10% de los colombianos. La proyección pasó de 10 a 5 años.

En resumen

Como podría pensarse, la actual pandemia aceleró como casi nada los procesos de digitalización en todo el mundo. En el caso colombiano, cada vez son más los usuarios que confían en las plataformas digitales para hacer transacciones y adquirir productos de distinto tipo. Aunque sucede esto, no todos los negocios se encuentran preparados para atender debidamente la incursión de este nuevo cliente.

Por lo anterior, es posible afirmar que la omnicanalidad de los mercados no ha alcanzado su máximo potencial. Lo más importante ante ese contexto, entonces, es aprovechar el cambio de comportamiento en los consumidores y las posibilidades que nos ofrecen los canales de venta digital.

Las economías tienen la atención puesta en la reactivación, por lo que potenciar el ecommerce será indispensable, no solo en el cumplimiento de este propósito, sino también para asegurar la perdurabilidad de las empresas en el largo plazo.